En esta era digital, donde la información es poder y el tiempo es dinero, el ransomware se ha convertido en una de las mayores amenazas para las empresas. Este tipo de malware secuestra los datos de una organización y exige un pago para liberarlos, lo que puede provocar una serie de consecuencias devastadoras, que van desde la pérdida de información crucial hasta la interrupción de las operaciones y el daño a la reputación.