El miedo a quedarse atrás, a perder oportunidades y a no estar a la vanguardia del mercado se ha convertido en una preocupación constante para muchas empresas. Y es que este fenómeno, conocido como FOMO empresarial, puede llevar a decisiones precipitadas, inversiones inadecuadas y una dirección estratégica sin rumbo, afectando la eficiencia operativa y el crecimiento sostenible de las organizaciones.