Si me preguntaran qué hace que un negocio sea exitoso, es muy probable que respondería que “un producto único e inolvidable, junto con un servicio al cliente excepcional”. Sin embargo, aunque estos factores son fundamentales, no son los únicos impulsores del éxito. También es esencial enfocarnos en la relación con el cliente, a fin de ayudarlo a percibir el valor de los productos o servicios, y consolidar así su lealtad y satisfacción.