El control de gastos es un factor fundamental para mantener la estabilidad financiera y fomentar el crecimiento de los negocios. Cuando se aborda correctamente, este proceso no solo se vuelve un ejercicio de reducción de costos, sino una estrategia empresarial integral que se alinea con los objetivos organizacionales. Y es que, en lugar de recortar indiscriminadamente, lo que puede afectar la calidad de los productos o servicios, las empresas deben centrarse en optimizar los procesos y eliminar gastos innecesarios.