Para cualquier empresa, es importante llevar a cabo una planificación en todos los niveles de producción con el fin de asegurar la calidad de los procesos, así como de los productos y servicios que demanda el cliente.

Las PyMEs en México tienen un lugar muy significativo en la economía, ya que además de representar el 99% de los negocios en el país, generan el 72% del empleo y más del 50% del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Asimismo, mueven una infinidad de productos y servicios, y promueven el desarrollo económico.

Ya se a corto, mediano o largo plazo, todas las empresas establecen objetivos para todas sus áreas y todo su personal; de no hacerlo, no serían productivas, eficientes y competitivas. Sin embargo, no se trata solo de indicarlos en papel y esperar a que se realicen, es necesario asegurar su cumplimiento, y la mejor manera de hacerlo es a través de indicadores de gestión.

Con bastante frecuencia, las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) no están a la vanguardia de las tendencias tecnológicas; incluso, datos de la consultora Deloitte, señalan que 80 por ciento de las pequeñas empresas no aprovecha al máximo la tecnología.

¿Has escuchado hablar acerca de la estandarización de procesos? Imagina por un momento que todos los miembros de tu empresa olvidaran cómo hacer su trabajo. ¿Qué crees que sucedería? Lo más seguro es que realicen sus funciones como se les venga a la mente, sin un orden en el procedimiento ni consistencia en la realización. Esto pondría en peligro la calidad de los productos o servicios, ocasionando pérdidas por la insatisfacción de los clientes.